En la mañana de hoy se han conocido las nuevas medidas de ahorro que se van a adoptar por el nuevo gobierno, entre las que se encuentran varias que van a afectar directamente a los funcionarios.
La más importante es la congelación de nuestro sueldo, y por lo cual no se si cabrearme nuevamente como ya lo hice hace año y medio, o alegrarme porque solo me lo han congelado y no me lo han bajado. La verdad es que después de tantas congelaciones como ya llevo debería estar ya acostumbrado, pero solo espero que aquellos que les gusta jugar con nuestro sueldo, se acuerden de nosotros cuando la economía vaya mejor y se comience nuevamente a derrochar el dinero (que se volverá hacer).
No quiero volver a caer en la rutina de decir el centenar de cosas en las que los que mandan pueden ahorrarse mucho más dinero que lo que se ahorran congelando nuestro sueldo, pero si que tendríamos que recortarles todos los días del año que nuestro sueldo nos lo ganamos exponiendo nuestras propias vidas por el bien de todos (incluso de ellos), mientras que el estado da subvenciones a directores de cine y actores con unos ingresos mensuales equiparables a los que un policía tiene en cinco años, para hacer películas que en muchos casos rozan la estupidez. De ahí si que se puede ahorrar.
Solo espero que tanto el señor Jorge Fernández Díaz ( Ministro de Interior), como los señores Ignacio Ulloa Rubio ( S.E. de Seguridad) y Ignacio Cosidó Gutiérrez ( Director General de la Policía) algún día aprendan a valorar realmente el trabajo que hacen los policías ( los que están en la calle y no escondidos en los despachos con más de dos comecocos), y que este trabajo no solo se valore para hacer política y darse palmaditas en la espalda en el parlamento o en la prensa.
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