domingo, 18 de septiembre de 2011

TENEMOS UNA POLICÍA QUE ES DE CHISTE

Esta mañana se ha publicado en la página web 20minutos la siguiente carta:

“Tenemos una Policía que es de chiste

Esta es la seguridad que tenemos en España. Un cuerpo de policía al que se puede vapulear, insultar, vejar y maltratar de cualquier forma imaginable porque nunca hace nada, unas veces porque no les dejan y otras porque no están preparados. Dos ejemplos recientes de este hecho: los altercados con los indignados en la Puerta de Sol, donde se les escupió, insultó e incluso hubo un intento de orinarse encima de uno de los agentes a los que no hubo respuesta alguna, en este caso por expresa prohibición de la delegada del Gobierno en Madrid; el segundo caso se produjo [el miércoles] en Madrid, donde un delincuente armado con un machete fue capaz de desarmar a dos agentes y disparara uno de ellos, mientras una tercera agente salía corriendo pidiendo socorro, en lugar de hacer frente al delincuente.

Cuando se le preguntó que por qué no utilizó el arma dijo que "el uso de un arma de fuego no es proporcional a un arma blanca"; yo creía que las armas eran para defenderse de los delincuentes en caso de grave peligro. Todo esto nos pasa porque se nos quiere y ha querido vender la falacia de que los delincuentes son unos pobrecitos señores que nunca han roto un plato y a los que hay que tratar con toda clase de consideraciones, y los policías, hartos de falsas denuncias de los ciudadanos por abuso de autoridad (los mismos que luego demandan mayor seguridad en las calles), no quieren arriesgarse a perder sus carreras o tener manchas en sus pulcros expedientes -en muchos casos salen a patrullar con sus armas descargadas por si se la quitan- y pasan ampliamente de actuar.”

 Es triste que en nuestra sociedad haya personas que piensan que muchos de los policías que formas el Cuerpo Nacional de Policía no estén preparados para protegerles y que solo les interese el mantener limpio su expediente.

Dos hechos aislados no pueden generalizarse a todos los policías, los cuales en su mayoría realizan su trabajo con entrega y dedicación, exponiendo su integridad física en multitud de ocasiones. Pero también es cierto que los dos ejemplos que ha mencionado la persona que ha escrito la carta, reflejan dos de los muchos problemas a los que la policía española se tiene que resolver:

El primero son los interese políticos que en muchas ocasiones prevalecen sobre la ley y las actuaciones policiales. La clase política es capaz por un puñado de no hacer cumplir la ley y permitir que a los policías se les humille, como sucedió con el 15 M.

La segunda es la falta de formación y profesionalidad de algunos miembros del CNP. Las promociones de 5000 policías no solo redujo la duración y calidad de la formación inicial de los policías alumnos, sino que hizo un efecto llamada como salida laboral para muchos jóvenes que no tenían trabajo (y en muchos casos ni estudios), y que en muchas ocasiones no tenían aptitudes ni actitudes para ejercer este trabajo. A esto se puede sumar la falta de formación continuada que existe en el cuerpo nacional de policía, donde los cursos se dan con cuentagotas y no se exige una preparación tanto física como profesional a sus miembros.

Un consejo que me gustaría dar a título personal a la compañera en prácticas que participo en el incidente del pasado miércoles en Madrid, es que por el bien suyo y el de los ciudadanos busque otro trabajo con menos riesgos.

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