El pasado viernes Noruega sufrió el primer atentado terrorista de su historia. En la ciudad de Oslo, primero la explosión de un coche bomba en el centro gubernativo de la ciudad y dos horas después un tiroteo en una reunión de las juventudes del partido laborista, se cobró la vida de 76 personas hasta el momento y más de un centenar resultaron heridas.
Caricatura de Mahoma |
En un primer momento las autoridades noruegas descartaron la existencia de grupos terroristas locales y de que el origen del ataque fuera autóctono, señalando la posibilidad que los autores de la masacre tuvieran vinculaciones con el terrorismo internacional yihadista, basándose no solo por la reivindicación realizada por el grupo terrorista Ansar al-Jihad al-Alami -Colaboradores de la Yihad Global- poco después de los hechos sino por las amenazas vertidas a aquel país por AL QAEDA debido entre otras cosas por la participación de Noruega en la Guerra de Afganistán, la detención de presuntos miembros de dicha organización terrorista y la publicación en prensa de las caricaturas de Mahoma.
Con la noticia de la detención minutos después del tiroteo de un varón caucásico y posiblemente noruego, las autoridades barajaron la posibilidad de que en el ataque participasen células del movimiento anti-sistema, diluyéndose cada minuto que pasaba la teoría de un atentado yihadista. Finalmente y con el avance de las investigaciones se conoció que Anders Behring Breivik, un joven noruego, ultra conservador y vinculado al movimiento nacionalista de extrema derecha de aquel país se declaraba responsable de los dos ataques terroristas. Desde ese mismo momento los diferentes medios de comunicación nos han ido aportando todo tipo de datos de la persona de Anders Breivik y los motivos que le llevaron a ejecutar los atentados, los cuales aunque no los voy a repetir aquí.
Anders Behring Brevik |
Haciendo una pequeña reflexión sobre lo sucedido en Oslo, este hecho nos lleva a pensar varias cosas. El que se haya cometido en un país denominado el más pacífico y con una de las mejores calidades de vida del mundo (entre otras cosas es el 2º país europeo con mayor esperanza de vida) nos tiene que alertar sobre los radicalismos, sean de la índole que sea (políticos, ideológicos o religiosos), y su posibilidad de establecerse en cualquier sociedad occidental sin la necesidad de que esta esté afectada por un clima político-social violento.
La teoría nos dice que este atentado no debería ser diferente de los sufridos en India, Pakistán, Afganistán o Marruecos, puesto que tan peligroso para el mundo los radicalismos religiosos como los radicalismos ideológicos occidentales, no pudiendo caer en el error de definir al musulmán que se inmola en un tren como “terrorista”, y a su vez a un iluminado que ejecuta con un subfusil a más de sesenta personas en una isla como “loco asesino”.
El hecho de que este ataque indiscriminado con los objetivos muy determinados (un gobierno y un partido de centro-izquierda) lo cometiese una persona con ideología y supuestas vinculaciones con la extrema-derecha ha podido sorprender a cierta parte de la sociedad, puesto que en occidente salvo el actual fenómeno terrorista yihadista, tradicionalmente los grupos y organizaciones que han utilizado el terrorismo como forma de expresión han estado vinculados a ideologías de extrema-izquierda como GRAPO, ACCION DIRECTA ó FRACCIÓN DEL EJERCITO ROJO / ROTE ARMEE FRAKTION, anarquistas como FEDERAZIONE ANARCHICA INFORMALE , e independentista como IRA y ETA (a última autodenominada marxista).
Hasta la fecha solo se recuerdan atentados aislados vinculados a la extrema derecha como el acontecido este mismo año en Tucson (Arizona) el 8 de enero donde seis personas fueron asesinadas y más de una decena resultaron heridas en a un acto de la congresista demócrata Gabrielle Giffords, el ataque en 1995 contra un edificio gubernamental de Oklahoma City que acabó con 168 muertos y más de 500 heridos, o el asesinato en 1977 de cinco abogados laboralistas en la calle Atocha de Madrid, y es por ello que se puede pensar que el cambio político-social y la crisis económica que está sufriendo Europa puedan estar animando a estos grupos radicales de extrema derecha a utilizar el terrorismo para que con la excusa de parar la inmigración, evitar la islamización, salvar la tradición de las naciones o alguna cruzada noble, puedan conseguir de forma violenta aquellos objetivos los cuales no conseguirían de forma democrática. De hecho esta teoría está empezando a tenerse en cuenta por varios países occidentales, los cuales como por ejemplo Alemania (en el año 2010 había identificados 219 grupos de extrema derecha identificados y 25000 personas afines a estos grupos) está trabajando este fenómeno como un riesgo real e inminente.
Grupo de extrema-derecha en Alemania |
El terrorismo es el último escalón de los radicalismos ideológicos, el último y más despreciable paso en un camino de intolerancia hacia los demás, donde se intentan imponer de forma autoritaria y violenta unos idearios que por su naturaleza solo comparte una minoría. Aunque no nos demos cuenta los radicalismos de los que hablo está constantemente presentes en nuestra sociedad con actos como agresiones, coacciones, amenazas y demás formas de violencia que consideramos “normales”, pero que en realidad son caldo de cultivo para que estos grupos que giran en el entorno de los extremismos políticos y religiosos se fortalezcan y vean posible alcanzar sus pretensiones.
Por todo ello el trabajo de los cuerpos de seguridad de toso los países, tanto en Europa como fuera de ella, tienen que estar centrados en la identificación y control de estos grupos y de sus integrantes, aumentar el esfuerzo para disuadirles de sus pretensiones y ahogar su discurso para evitar así el enquistamiento de radicalismos en nuestra sociedad. De esta forma podremos impedir que en un futuro los hechos sucedidos esta semana en Oslo se conviertan en una noticia habitual en los noticiarios.
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